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SI ERES AMANTE DE LA POESÍA EN ESTE LUGAR LA HALLARÁS EN TODAS LAS VERTIENTES QUE LA INSPIRACIÓN ME HA PERMITIDO.

FANDANGO HUELVA

Paco Toronjo

Que Dios,
dijiste un día cantando,
no hay más amigo que Dios,
pídele que tu fandango,
no se apague aunque tu voz,
Dios la tenga descansando.
                                                                     
Plácido González
El rasgueo de la guitarra,
cuando por Alosno toca, 
el rasgueo de la guitarra, 
a la gente vuelve loca, 
con Plácido y su garganta, 
si hasta el duende se disloca.

                   
Mario Garrido Cabezas

Te quiero tanto fandango,
que por ti tengo cadenas,
te quiero tanto fandango,
el mar, el llano y la sierra,
gozosos ten dan su abrazo
al grito de: ¡Huelva, Huelva!.


Andrés González Ortiz


Para cantarle a mi Huelva
hay que tener mucho arte,
para cantarle a mi Huelva,
y el que venga a criticarle,
que siempre tenga en su cuenta,
que del fandango es la madre.


     El fandango de Huelva grande entre los grandes, es un compendio de quejío, bravura, melisma y rango, al que nadie puede llegar como no sea hijo de esta tierra y su nomenclatura se sintetiza en el esquema que hizo el insigne Don Francisco Antonio Gómez Arreciado "Paco Toronjo", en el mar, el llano y la sierra, a partir de él, todo es belleza y encanto.
En Andalucía cada comarca tiene su fandango propio, que se inspira en su paisaje o en las costumbres más arraigadas del entorno. A este respecto, Huelva ha destacado siempre por la diversidad de estilos que, naciendo todos de una misma fuente temática, ofrecen diferencias en cuanto a la melodía y al tono, pero conservando cada uno su sello tan  especial. 
Decir Huelva es decir fandango y tan cierto es, que pocas provincias pueden ofrecer tal variedad de matices en la realización de este cante. José Gómez Hiraldo dedica al fandango de Huelva las siguientes palabras: Hay un enigma raro, sin desentrañar aún por nadie, que deja al fandango de Huelva, como a tantos cantes flamencos, colgados de la duda interpretativa de su origen, sin que se sepa dónde está la matriz que gestó y dio luz a este cante señero, bello y representativo. Se le achacan orígenes inciertos y vive como un hijo espurio del flamenco al que se menosprecia y desacredita por obra y gracia de la mistificación y el  falseamiento al que ha sido objeto por parte de los que, sin conocerlo, lo han interpretado a su aire, dándolo a conocer como una piececilla a son de charanga y murga que cualquiera puede cantar.
No obstante, en la acutalidad, está más que demostrada la sinrazón de Gómez Hiraldo, debido principalmente a la labor de las peñas flamencas de nuestra tierra, ya que, los fandangos de Huelva han recobrado sus aspectos más significativos, por ello la renovada atención que se le presta al mismo. En consecuencia, la presencia de Huelva se nota en las principales manifestaciones flamencas que se ofrecen actualmente.
Según Ricardo Molina y Antonio Mairena El mundo de estos fandangos es triple: Se inspira en tres temas principales: el mar, el campo y los pueblos. El mar con sus barcos, el campo con sus labores, su caza y caballos y el pueblo con sus personajes populares, sus historias y anécdotas locales. Todo, incluso el amor, está sentido en función de la geografía y proyectado sobre el entrañable escenario familiar de la patria chica.
El fandango de Huelva tiene entresijos y características tan particulares que hasta las aguas cumplen el milagro evangélico de su bautismo, y así, la de los ríos hermanos Tinto y Odiel, empapan el fandango de Huelva, llanuras y minas. Las del Sancolí le lavan la cara al de Almonaster; las aguas claras del lagar refrescan y entonan las gargantas resecas de los alosneros, para lanzar a los aires claros de la calle Perdía un fandango cané.
La zona fandanguera de nuestra Andalucía debió crearse y mantenerse a fuerza de intercambios  mercantiles y de transmisión oral de unos cantes traídos y llevados que luego quedaron incontaminados a veces, cercados de indiferencia en sus localidades más garantes y más señeras. El arriero, el contrabandista, el buhonero, trajeron y llevaron por los agrestes caminos de la serranía estilos y letras que ellos mismos interpretaban o pusieron en contacto en una época libre de tocadiscos, radios y casetes a artistas inéditos con estilo propio entre la sierra de Málaga y la de Huelva, a través de Córdoba, porque los estilos a veces se confunden y entrañan, cuando son bailables, sencillos y serranos, no pocas dificultades de interpretación. Hubo osmosis oral desde Encinasola a Sierra Morena, desde Alosno a Gibraltar, desde El Cerro a la Sierra cordobesa. Y por eso la geografía serrana entró en el fandango y un alosnero, dubitativo en un cruce de caminos, casi persignándose ante el dilema, dijo por fandango: No sé si tirar pa Ubrique, o marcharme a Grazalema, o a Alcalá de los Gazules, o al Alosno, que es mi tierra.
Para situar debidamente, a efectos de una clasificación primaria, los fandangos de Huelva, hemos de considerar dividida la Provincia en estas Comarcas: La Sierra Alta, El Andévalo con Alosno y Huelva Capital y su entorno.
La Sierra Alta es zona de fandangos galanos, musicales, bailables, de un acompañamiento lento y sensual. En plena serranía dos pueblos serranos diferentes mantienen el sentido puro de su tradición fandanguera a tenor de dos fisonomías y dos semblantes.
ENCINASOLA: Tiene un entorno agreste y descarnado entre encinas y jaras, encaramado en altas rocas y con la vista tendida a dos amplios horizontes: a Badajoz  por el Norte y a Huelva por el Sur. Su fandango, en cambio, es como una pavana (danza) romántica que tiene la cadencia decadente y preciosista del baile que evoca. Así sus letras características son como pequeños poemas encendidos. Es una población cercana a Extremadura y Portugal en la que se realiza la danza del fandango desde el siglo XVIII, por hombres y mujeres que van cantando y tocando los instrumentos del acompañamiento (guitarra, bandurria, laúd y acordeón); la mujer toca las castañuelas mientras baila. Las cuatro letras que se interpretan al cantar el fandango son siempre las mismas y se realizan en el mismo orden. Son las únicas que se cantan.
ALMONASTER LA REAL: Es uno de los pueblos más bonitos de toda la provincia de Huelva, rodeado de una vegetación lujuriosa. El verde de su campo contrasta limpiamente con la blancura destellante de sus paredes y la rojiza coloración de las tejas de sus tejados. Es un pueblo entregado en el cante a su dulce Patrona, Santa Eulalia, en cuyo honor se canta y baila un fandango de un estilo largo y preciosista en el que se expresa la fe en la Santa y se le cuenta las vicisitudes pasadas, lavarse la cara en el Sancolí, sin toalla y sin jabón, hasta llegar a la Ermita para asistir a su función. Es un estilo romero, de una musicalidad ingenua y pegadiza. Más ingenuo es aún el estilo de fandango de la Cruz, con sus dos variantes del llano y de arriba, a los que sólo les va en acompañamiento de panderos, gaita y tamboril y las voces limpias y trinadas de las mujeres.
EL CERRO DEL ANDÉVALO: El estilo de cante por fandango más definido de la provincia lo da la Zona del Andévalo: agreste, dura, que entre riscos y jarales parece siempre encaramada en la jaca, buscando caminos de aventura y trajín para ganarse la vida. Y allí va un hombre, con la mente puesta en su Patrón Don Benito y con la vida hipotecada en las patas de un caballo de postín: Ni lo alquilo, ni lo vendo, tengo un caballo retinto, ni lo alquilo, ni lo vendo, me lo regaló su dueño, camino de San Benito, por un fandango cerreño.
VALVERDE DEL CAMINO: blanco de sol y cal, nos sale al encuentro, bajando por la serranía, con la cadencia de su habla melosa. Y como una traducción flamenca de ella, nos entona un fandango alto y valiente, de un claro regusto a Huelva, a alfajores, a piñonate, a buen aguardiente serrano. Rondando con los luceros va el fandango valverdeño de esquina en esquina, como el eco mágico de Valverde en la ensoñación, de la nostalgia: Valverde de mi Valverde, Valverde de mi consuelo, Valverde de mi Valverde, quien estuviera en Valverde, aunque durmiera en suelo, debajo de un pino verde.
SANTA BÁRBARA DE CASA: Es un pueblo humilde, recoleto, escondido en un entorno árido, desnudo y casi yermo, pero con un fandango hermosísimo, difícil y brillante, muy expandido por toda la geografía cantaora española porque cantaores de mucho mundo y mando, como Canalejas de Puerto Real y Pepe Marchena, por ejemplo, lo tenían en su repertorio y lo mostraron a los públicos todos como un cante en el que tenían una especial complacencia. Las coplas y letras de estos fandangos son de una dramática poesía y con ellas y el derroche de facultades que requiere su ejecución, calan prontamente en el sentir de todos. Aquel galán bajo la lluvia rogándole a su amor que le abra la puerta, si no quiere que se cale, porque agua menuita llueve y gotean las canales. Acaso el mismo que por fin llegó a la puerta de su bella aurora y le parecía haber tardado en cada paso una hora. ¿Quién sería el trovero, poeta, trovador, que halló musa a la vena de su verso con un incidente tan nimio y amorosamente compartido?. Quien quiera que fuera lo dejó para la historia del flamenco metido en el marco estrecho, pero justo, de un fandango.
CABEZAS RUBIAS: Otro pueblo andevaleño, casi perdido en las estribaciones de la Serranía, tiene un fandango de estilo propio, muy lento y cadencioso, que para bailarlo hay que tener un ritmo y elegancia galano y popular. Se vuelca en poesía del más bello estilo y algunas de las letras que se lo aplican poseen un encantamiento versificador del Siglo de Oro. De esta letra-copla de Cabezas Rubias hizo casi el más ortodoxo de sus cantes Manolo el Comía, un cantaor de Huelva de estilo complejo e inimitable que debió beber de este venero cristalino del cante fandanguero de la Provincia: Por no tener donde sentarme, yo me senté en una piedra, por no tener donde sentarme, la piedra al verme tan pobre, se rompió por no aguantarme, pobre del hombre que es pobre.
ALOSNO: del que se ha dicho que tiene un estilo de fandango lleno de hondos saberes, viril y alegre, recio y tierno, destaca en primer lugar por méritos propios, Manuel Romero Jara, autor de una documentada obra sobre los fandangos de Huelva, dedica gran parte de ella al estilo de este pueblo, al que denomina el Alosno bendito. En primer lugar, y según él, en Alosno no hay un fandango sólo, sino que se cantan varios estilos: los llamados populares, los estilos personales y los estilos perdíos, estos últimos son fandangos sin nombre específico, ni autor conocido. 
Onofre López González, en su ponencia al XV Congreso Nacional de Actividades Flamencas (Benalmádena, 1,987), sobre el tema El Fandango de Huelva y su provincia, manifiesta lo siguiente: Con los aires de Alosno se registran dieciséis formas distintas de hacer el fandango. La mayoría de ellos nacidos de lo popular y otras enmarcados con nombre y apellidos de hijos de la tierra (Candil nº 53. Octubre, 1,987).
Es tal la profusión y el desarrollo, que el fandango ha alcanzado en esta localidad que a la entrada del pueblo hay un cartel que anuncia: ALOSNO, CUNA DEL FANDANGO. En el pueblo se dice que el fandango ha nacido allí, y lo dicen cantando: Fandango, ¿donde has nacío, que to el mundo te conoce?, fandango ¿dónde has nacío?, yo nací en un rinconcillo, que Alosno tiene por nombre, donde le dan el dejillo.
Refiriéndose a este fandango, y en concreto a su final, Ricardo Molina nos dice: La copla que hemos citado nos da, bajo inocente apariencia, una profunda noción de cante cuando alude al dejillo que en Alosno dan al fandango. ¿Qué debemos entender por dejillo?. A nuestro juicio, el dejillo es lo que muchos flamencos llaman el aire del cante. Cada cante al aclimatarse a una localidad y mucho más al nacer, si así fuera el caso, adquiere una manera de ser especialísima, casi imperceptible, que es el aire o dejillo. Si a un cante se le despoja de su aire se le resta sabor y autenticidad. Incluso cuando un gran cantaor altera el aire nativo, sufre el cante una invisible mitificación. 
El fandango de Alosno ha podido oírse en los más lejanos rincones, debido a que los alosneros se extendieron por toda la geografía española como recaudadores del Impuesto de Consumos, a finales del siglo XIX y principios del XX. Que duda cabe que el alosnero prefería no abandonar su tierra, y así lo expresaba cantando: De las cosillas más malas, que yo hice en este mundo, fue dejar mi escopetilla, y marcharme a los consumos.
Los fandangos populares no tiene autor conocido. Destacan entre ellos dos estilos que, según Romero Jara, son el santo y seña del cante de Alosno: El fandango cané y el fandango valiente. El primero es un cante colectivo; se realiza en grupo, mientras que el fandango valiente es individual, muestra de poderío y fuerza desde el principio del cante. Fue un estilo, este, muy interpretado por los hermanos Toronjo. 
Cuna del fandango de Huelva en el decir, en el sentir y en el conservar. Alosno es un pueblo incontaminado, un islote de soberbia autonomía, un enclave señero de pureza cantaora y nobleza de alma. Dio nombres preclaros al fandango, hizo y deshizo estilos, mantuvo una actitud respetuosa y arcana con su folclore, se introvertió y conservó limpio y claro el manantial sencillo de su cante. Rondaron calles sus mozos, rayando piedras con las tachuelas de sus botas y llevando en ellas duros y valientes guitarrillos. Saltaba el cané, vamos con un cané de la calle Real a la llanada honda de los Cantillos, de la calle El Barrio, sin mudanza, a los paseos perdidos de la calle del Malpago y la luz del día naciente venía descubriendo la falta de los rondadores y se purificaban bajo la ventana de la novia, como si fuera un altar. De entre sus clásicos, todos aficionados de gusto y solera, hombres que hicieron del cante su alegría y dejaron sus biografías en compás, letras y estilos. Que dijeron cantando, como dice un fandango, lo que otros tienen que decir llorando. Y dejaron una estela de coplas personales donde no se sabe qué admirar más: si el estilo profundo, hondo y sentido o el encantamiento de la poesía popular que destila su letra.
Don Marcos (Marcos Jiménez), dejó al Alosno con la pena grande de su ausencia. Quedó temblando en la noche alta de la ronda el eco valiente y decidido de su cante. La luna que lo alumbraba, huérfana de tono, buscó montañas oscuras donde llorar y él se quedó esperándola para siempre, preparada el alma en la esquina perdida de la noche negra, aguardando el alba que siempre ha de venir.
Alosno lo despidió, ante la mar serena de su embarque, llorando con él por su madre, por su pueblo solitario, por su campo abierto al sol y al viento. Rey del fandango alosnero lo titularon sus paisanos y se quedó sin sienes en que posarse la corona de la valentía, del desafío, del cante de un pueblo mudo y apenado.
Manolillo el Acalmao, otro cantaor del Alosno, más letrista que cantaor, con un estilo muy castizo y definido en lo suyo, que ha hecho historia, dejaba expandir en sus cantes un añejo regusto a calle Real, a Pozo del Lagar, a Picote, a Villa Matea, a gentes y lugares de un ámbito temporal añejo y trasnochado. Puso en sus coplas la mitad de su alma y la otra media en su amor desbordado a su pueblo, en su cariño a sus amigos. Porque no podía ir an ca Marco, porque Rafael tenía copas, echaba de si ese lamento largo ¡Copaaaas!, como un alarido de hombría impotente y con él abre su corazón al fandango alosnero, como tragado por el ojo redondo de un pozo con resonancias abismales.
Antonio Abad, un hombre del Alosno, recriado en Huelva, que rehízo un fandango para el solo con el melisma del cante alosnero y la gracia mecida de Huelva; que fue todo estilo, gusto y sentido decir. Pasó por tertulias de buenos amigos aficionados a los buenos mozos de la Guardia de los Provinciales y mantuvo su guardia en la ventanilla de la novia, corazón de piedras duras, mientras le daban cantando la una de la madrugada. Es para oído este cante; difícil de explicar, poco encuadrado en marcos y estilos, se va y se queda como un aire fresco que crea y da sentido o razón al fandango nuevo en que la voz, pura esencia en este caso, se ahíla y marcha un compás para recrearse en él tanto en la interpretación como en el recuerdo.
Paco Toronjo, un alosnero más, vino a poner en candelero otra vez y acaso para siempre, todo el acervo cantaor de Alosno, sacando a flote el soterrado murmullo sentimental de una raza que estaba casi negando su limpia ejecutoria, porque se llegó a pensar que el alosnero no era más que un hombre de vino y juerga. No era así; había mucho sentido, mucho conocimiento y mucho arte en el Alosno. Y por osmosis humana trascendieron sus cantes sus livianas fronteras y en un momento dado todo el cante de Huelva se atoronjizó por pura emulación o enseñanza y Paco Toronjo llenó su cante de aires de Huelva sin renunciar a su alosnerismo en letras y estilos.
Desenterró letras del Pinche, de la Conejilla, de Manolillo el Acalmao, de Juan Rebollo, ¡qué gente! y empezó a hablar en flamenco de la aventura y desventura del hombre. La salud y el bienestar lo estoy perdiendo por ti... Se entregó por entero a su obra y decía cantando que había perdido la alegría y tenía el cristal de los ojos roto de tanto llorar... En su desprendimiento y liberalidad pudo cantar la tragedia del que muere temblando pensando qué va a ser de su dinero porque él tenía el suficiente para seguir bebiendo, cantando y viviendo, sin envidiar a nadie y sin problemas; puesto que tenía una buena mujer, a sus chiquillos, su madre y a su hermanillo también.
HUELVA: lejana y rosa, como dijo Juan Ramón Jiménez Nobel de Literatura (Moguer). Recoleta, humilde, sencilla, limpia, como una mocita en la tarde con una biznaga de jazmines en el pelo. Con muchos pretendientes: marineros, toreros, hortelanos, mineros y cantaores. Gente sin vanidades, novios del encanto y de la gracia. Muchas y buenas gentes que enmarcaron en un estilo su forma de cantar y dieron su duende a esos fandangos de nadie, porque son de todos, que ensalzan a la Virgen Chiquita de la Cinta, al amor desesperado de un hombre por una mujer; de lo que vale una novia a los ojos de su novio; del desprecio por los caudales de aquel hombre que no tenía a su vera a la que más quería y de la amargura lacerante del que no quiere ir al Muelle porque la barca que allí había, tendió la vela y se fue llevándose su alegría.
Estas y otras cosas las contó, cantando, Paco Isidro, que con un estilo propio, tan transmisible que aún nos parece imposible que se haya ido de nuestro lado, aunque sólo de palabra, pero no de pensamiento. Las letras de sus fandangos eran tópicas y determinantes hasta el extremo de que para cantar por su estilo, a su aire, hay que hacerlo siendo más rico que Heredia y Baltasar el Pañero o entregándose a la confianza del hombre en sí, aunque se hunda el mundo o se junten huracanes.
Pepe Rebollo, un moguereño como Juan Ramón, es sin duda el cantaor más completo de toda la gama de intérpretes de fandango de Huelva. Creó un cante de una hondura flamenca superior a la de todos los demás cantaores de nuestra tierra y sólo la introducción al fandango, imponía respeto por lo acompasada y lenta, por lo larga y acunada. Fue un hombre que cantó a la mujer, compañera o madre, con un desgarro y una pena que ofuscaban los caminos de la comprensión. De su tragedia íntima extrajo versos de una profundidad delirante y arcana y con ellos lloró a la mujer, tras cuya muerte ya no hubo en su corazón un momento de alegría y a la madre que era tan buena, que le aconsejaba bien en ocasiones.
El estilo de fandango de Antonio Rengel, el cantaor más señero del cante por Huelva es el más definido y hondo de cuantos se interpretan. Enamorado de Huelva y sus cosas captó de su Sierra, de su costa y de sus pueblos, letras encantadas que aún sellan con su inconfundible estilo toda una forma de cantar con aire choquero. En su barco velero, el más velero de los que por la mar se pasean o cargado de contrabando, atravesando la Sierra en aquel caballo al que lloró tanto cuando se lo mataron, Antonio se entrega a un encanto del decir que llevaba en si toda la gracia y la galanura del fandango de más garra y más completo de cuantos integran la gama del cante por Huelva. Cuando Rengel se explayaba en sus cantes para piropear a la Huelva marinera o serrana dejaba siempre el regusto hondo de lo autentico, lo flamenco y lo choquero. Quien pudo decirlo dijo que el folclore de Huelva, su fandango, era como un gran saco de papelillos multicolores y Antonio Rengel el que con aquellos confetis hizo, juntándolos en un juego delicado y preciosista, la flor perfecta última y única del más grande de los fandangos de Huelva.


FANDANGOS:



ABUSOS
A la mujer que es mi madre,
padre no le pegues más,
a la mujer que es mi madre,
la debes de respetar,
que llevo su misma sangre
no lo vayas a olvidar.


A ese hombre que es mi padre,
yo he dejado de quererlo,
a ese hombre que es mi padre,
que mi casa es un infierno,
porque le pega a mi madre,
que pena y vive sufriendo.


Madre no me llores más,
ni digas que te has caído,
madre no me llores más,
si te pega tu marido,
lo tienes que denunciar,
antes que sea un asesino.


ACABÓ PARA MÍ
Cuando mi madre murió,
todo acabó para mí,
cuando mi madere murió,
me siento tan infeliz,
que de la angustia y dolor,
aún no conozco su fin.


Desde el lecho de la muerte,
mi mujer me preguntaba,
desde el lecho de la muerte,
por qué de ella dudaba,
si vivió para quererme,
y a mi tan sólo amaba.


A mí nadie me da un beso,
llorando un niño decía,
a mí nadie me da un beso,
cuando mi madre vivía,
es lo que hacía primero,
a las claritas del día.


Esa mujer no es mi madre
y por tanto no la quiero,
esa mujer no es mi madre,
si la mía está en el cielo,
llévame con ella padre,
sin ella morir prefiero.


MARINERO AHOGADO
En medio la mar bravía,
tan fuertes eran las olas,
en medio la mar bravía,
que arrodillado en la proa,
un marinero decía,
salvadme por Dios Señora.


La novia del marinero,
desde el puerto sollozaba,
la novia del marinero,
que su barco naufragaba,
la brisa le iba diciendo,
pero ella lo esperaba.


Las campanas están doblando,
en medio la oscuridad,
las campanas están doblando,
su novio está en altar mar,
en sueños lo está abrazando,
sin saber por donde va.


Negros llevas los vestidos,
¡ay!, pobre mujer que lloras,
negros llevas los vestidos,
y tu color de amapola,
en blanco se ha convertido,
por ese hombre que añoras.


ALGUNAS VECES
Que la vida es un fandango,
escucho algunas veces,
que la vida es un fandango,
aunque yo así no piense,
ya he escrito unos cuantos
y mi saber no lo entiende.


El fandango de la vida,
también precisa compás,
el fandango de la vida,
y quien lo quiera cantar,
si no sabe la medida,
nunca lo conseguirá.


Un fandango yo escuché
y en el mismo se decía,
un fandango yo escuché,
no pienses que la alegría,
sólo es del hombre de bien,
porque es pura fantasía.


El fandango es requiebro,
del alma cuando suspira,
el fandango es requiebro,
y perdonen que les diga,
a veces un pensamiento
o una ilusión de la vida.


CAZAR AL JABATO
Me gusta en la cacería,
permanecer al aguardo,
me guata en la cacería,
y ver llegar al jabato,
delante de mi jauría,
para que pueda cazarlo.


Al despunte de la aurora,
por medio los encinares,
al despunte de la aurora,
mi perro corriendo sale,
porque observa a la paloma,
bebiendo en los manantiales.


La escopeta me falló,
cuando mejor la tenía,
la escopeta me falló,
y la liebre se perdía,
ay que buena la ocasión,
qué grande la pena mía.


Que la perra le vendiera,
me pidieron un mal día,
que la perra le vendiera,
le dije que no podía,
porque era mi compañera
y lo mejor que tenía.


Con la canana vacía
y sin plomo en la escopeta,
con la canana vacía,
se me presentó una pieza,
que era la mejor del día,
la causa de mi tristeza.


EL ALMA
Sin encontrar la respuesta,
siempre yo me he preguntado,
sin encontrar la respuesta,
el alma que Dios ha dado,
de qué estará ella compuesta,
y la respuesta no hallo.


A menudo se escucha,
que ella es fuente de amor,
a menudo se escucha,
al sufrimiento y dolor,
lo guarda como una hucha,
y también a la pasión.


Pero dónde la almacena,
si guarda felicidad,
pero dónde la almacena,
en escondido lugar,
tal vez dentro de las venas,
por eso suelen sangrar.


Decirme de qué sustancia,
está hecha su materia,
decirme de qué sustancia,
con el flujo de la arteria,
y por qué tanta importancia,
el hombre siempre le presta.


El misterio es insondable,
como una sima sin fondo,
el misterio es insondable,
tan oculto es su trasfondo,
que tan sólo Dios lo sabe,
y yo no sé, ni respondo.


BUEN AMIGO
El que tenga buen amigo,
que procure conservarlo,
el que tenga buen amigo,
porque para encontrarlo,
resulta dificilillo,
porque ya no quedan tantos.


Yo a uno me lo encontré,
un día en el trabajo,
yo a uno me lo encontré,
por eso pienso guardarlo,
mientras yo vivo esté,
el amigo está muy caro.


Tan grande es su corazón,
que precisa de bastones,
tan grande es su corazón,
pero el alma es tan noble,
que Dios mismo le entregó,
a Juan Manuel sus valores.


ANDALUCÍA
Es la tierra de mi Huelva,
provincia de Andalucía,
es la tierra de mi Huelva,
de los mares la osadía,
en la noche luna nueva,
y en el cielo nuevo día.


Cuando nace un andaluz,
y si encima es choquero,
cuando nace un andaluz,
tocan campanas en el cielo,
y se incrementa la luz,
porque se viene al Conquero.


No hay vega sin manantiales,
y fiesta sin alegría,
no hay vega sin manantiales,
o arte sin maestría,
ni iglesia sin catedrales,
hablamos de Andalucía.


Carabelas,
tus gentes te equiparían,
en Palos tres carabelas,
nuevo mundo descubrían,
"pa" que todos conocieran,
la casta de Andalucía.


Los campos de Andalucía,
trigales de oro fino,
los campos de Andalucía,
entre arroyos cristalinos,
por prados de fantasía,
en la paz del peregrino.


Blanca y verde,
colores de Andalucía,
su bandera es blanca y verde,
sus cantes son la alegría,
pero siempre la estremecen,
si hablan de tiranía.


Tierra extraña,
los mundos yo recorría,
estando en tierra extraña,
tanta pena yo sentía,
que se me rompía el alma,
pensando en mi Andalucía.


Ocho forman sus provincias,
en la tierra afortunada,
ocho forman sus provincias,
a cual la más laureada,
entre soles de justicia,
mi Andalucía soñada.


Tierras de mi Andalucía,
de tanto surcos sangrientos,
tierras de mi Andalucía,
y acunada por los vientos,
del norte y el mediodía,
"pa" recoger tus lamentos.


Se riegan tus arenales,
con lunas de torerías,
se riegan tus arenales,
por eso mi Andalucía,
tu valor son manantiales,
en casta y sabiduría.


Abundan los monumentos,
en toda su orografía,
abundan los monumentos,
es tierra de Andalucía,
de tan grandes ornamentos,
como hermosa simetría.


Hay trinos de ruiseñores,
por tu éter satinado,
hay trinos de ruiseñores,
andaluz afortunado,
tierra de descubridores,
y de sueños realizados.


Tantas lides y contiendas,
conoce mi Andalucía,
tantas lides y contiendas,
desde Huelva hasta Almería,
heridas no se remiendan,
ni se olvidan las porfías.


Romerías,
por caminos y veredas,
abundan tus romerías,
y el extranjero se queda,
prendado de Andalucía,
volviendo siempre que pueda.


ANIMALES ABANDONADOS
Pobre perro abandonado,
en mitad la carretera,
pobre perro abandonado,
si la historia se volviera,
y fueras así tratado,
puede que lo comprendieras.


Al llegar la navidad,
como regalo de reyes,
al llegar la Navidad,
lo compras como un juguete,
sin pararte a pensar,
que el animal también crece.


Cuando el perro es pequeño,
con él juega muchas veces,
cuando el perro es pequeño,
pero cuando el pobre crece,
ya no quiere ser su dueño,
y el alma se le embrutece.


Muchos son atropellados,
y sin cargo de conciencia,
muchos son atropellados,
no cometes imprudencia,
tan sólo es bicho raro,
que no merece clemencia.


Si el coche nos abolló,
hasta se lo maldecimos,
si el coche nos abolló,
aunque sea nuestro amigo,
lo tratamos aún peor,
que a criminal enemigo.


Sin pedirnos nada a cambio,
han salvado muchas vidas,
sin pedirnos nada a cambio,
si supieran la acogida,
tal vez tendrían reaños,
de nos ser de la partida.


Pobrecito animal,
de tan noble corazón,
pobrecito animal,
también lo creó el Señor,
y nos lo quiso entregar,
como prueba de su amor.


APRENDER DEL PERRO
A mi casa me llevé,
al perro que me he encontrao,
a mi casa me llevé,
tanto cariño me ha dao,
que no acierto a comprender,
estuviera abandonao.


Del perro hay que aprender,
cariño y fidelidad,
del perro hay que aprender,
si hasta se dejan matar,
por culpa de un amo cruel,
que lo trata sin piedad.


Tendido sobre la nieve,
le prestaba su calor,
tendido sobre la nieve,
al niño que se encontró,
ladrando por si alguien viene,
a socorrer a los dos.


Agua y un poco de pan,
con eso tienen bastante,
agua y un poco de pan,
a cambio le dan la sangre,
y un cariño sin igual,
a quien llega a acariciarle.


AMOR BAJO LA LUNA LLENA
Mirando la luna llena,
reflejada por la ría,
mirando la luna llena,
mi cuerpo se estremecía,
pensando que a mi morena,
en los brazos la tenía.


Jugaban con sus cabellos,
los reflejos plateados,
jugaban con sus cabellos,
sus labios enamorados,
me daban un dulce beso,
que mi alma lo ha guardado.


Sus manos sobre las mías,
su pecho contra mi pecho,
sus manos sobre las mías,
y de mis labios un beso,
diciendo que la querría,
mientras estuviese viviendo.


Luceros de la alborada,
para verla han salido,
luceros de  la alborada,
en sus ojos se han fundido,
y entre sus bellas pestañas,
han construido su nido.


EN UNA BARCA DE VELA
En una barca de vela,
mi madre a mí me parió,
en una barca de vela,
y le doy gracias a Dios,
que su ancla fuera Huelva,
donde el fandango nació.


Al viento va tu bandera,
con orgullo flameando,
al viento va tu bandera,
y al mundo le va anunciando,
que pertenece a mi Huelva,
que es la cuna del fandango.


Cuando la guitarra suena,
a su aire acompañando.
cuando la guitarra suena,
si lo hace por fandango,
del que se canta en Huelva,
el cielo queda escuchando.


El viento llega rolando,
apretando con su fuerza,
el viento llega rolando,
para pedirle a mi Huelva,
los aires de su fandango,
que es lo mejor de la tierra.


A SAN JUAN BAUTISTA
Alosno que grande eres,
tanto que eres especial,
Alosno que grande eres,
si tu fandango es genial,
también tus lindas mujeres,
y el gran amor a San Juan.


Viva mi Santo Patrón,
que viva y viva San Juan,
viva mi Santo Patrón,
y que anuncie el tambor,
que ya llega al alborá,
y también su procesión.


Con guitarra al tres por medio,
y por la calle San Juan,
con guitarra al tres por medio,
hoy yo le vengo a cantar,
a mi Patrón alosnero,
que viva y viva San Juan.


Danza y cascabeleros,
le acompañan a San Juan,
danza y cascabeleros,
y el fandango sin igual,
que cantan los alosneros,
del que no tienen rival.


BELLEZA DE LA MUJER
El viento me trae olores,
del jardín de tu hermosura,
el viento me trae olores,
y yo pierdo la cordura,
cuando contemplo las flores,
de unos ojos de locura.


La belleza de su amor,
carece de semejanza,
la belleza de su amor,
pero la pena me alcanza,
y me derrite el dolor,
el no tener esperanzas.


Del manantial de su boca,
¡ay!, quien pudiera beber,
del manantial de su boca,
y apaciguarme esa sed,
que a mi alma vuelve loca,
por culpa de una mujer.


EL BORRACHO
Que bebe pa no llorar,
dice quien se emborracha,
que bebe pa no llorar,
eso me hace mucha gracia,
que borracho llora más,
la cosa tiene su guasa.


No te rías del borracho,
que no conoces su pena,
no te rías del borracho,
cuando su alma serena,
no puede aguantar el daño,
que produce su condena.


Con una copa en la mano,
un borracho a mí me dijo,
con una copa en la mano,
cuando te ofenda un hijo,
si puedes no hagas caso,
o te pasará lo mismo.


BUSTO A PACO TORONJO
Arriba en las alturas,
ya tiene su firmamento,
arriba en las alturas,
aquí llegó el momento,
de recordar su figura,
con busto a su talento.


La Cinta tiene un pañuelo,
donde retiene su voz,
la Cinta tiene un pañuelo,
Paco también le cantó,
Ella lo tiene en el cielo,
por la impronta que dejó.


Si la piedra fuera cante,
y el bronce fuera quejío,
si la piedra fuera cante,
el hierro el poderío,
el busto sería garante,
de lo que has conseguío.


Ni Mellizo ni Chacón,
aunque buenos estos fueran,
ni Mellizo ni Chacón,
sólo Paco consiguiera,
levantar tanta pasión,
con su garganta certera.


La puerta del cementerio,
nadie la puede cerrar,
la puerta del cementerio,
el fandango allí está,
y no es ningún misterio,
que no lo quiere guardar.


El Alosno fue su cuna,
y Huelva fue la matrona,
el Alosno fue su cuna,
su fandango la corona,
que brilla sobre la luna,
cuando a la ría se asoma.


¡Ay!, busto de nuestra alma,
si tú pudieras cantar,
¡ay!, busto de nuestra alma,
quién se iba a apartar,
del lado de tus entrañas,
para su voz escuchar.


La gloria y sabiduría,
contigo se engrandeció,
la gloria y sabiduría,
porque nadie lo cantó,
con esa gran maestría,
como Toronjo le dio.


La prima y el bordón,
mirando al monumento,
la prima y el bordón,
lloran con gran sentimiento,
porque no escuchan la voz,
que guarda su pensamiento.


La marisma y el Rocío,
y la campiña en el llano,
la marisma y el Rocío,
escucha un cante lejano,
cante con gran poderío,
de alguien que no es humano.


Fandango,
como tú nadie cantó,
tan grande fue tu fandango,
Toronjo lo engrandeció,
puso tan alto su rango,
que el cielo se lo llevó.


Hoy Huelva agradecida,
un busto le ha levantao,
hoy Huelva agradecida,
a Paco lo ha dedicao,
en recuerdo de su vida,
de lo bien que había cantao.


HOMENAJE A LA VIRGEN DE LA CINTA
A su Virgen y Patrona,
esta Peña así le canta,
a su Virgen y Patrona,
porque la voz no se aguanta,
y el pecho se desmorona,
viendo tan bonita estampa.


La luz de nuestra esperanza,
desde los cielos bajó,
la luz de nuestra esperanza,
y su cinto le entregó,
para que a Juan sin tardanza,
se le calmara el dolor.


A una rosa yo besé,
y sus pétalos lloraron,
a una rosa yo besé,
sus perfumes me embriagaron,
y luego la abandoné,
con su Niño de la mano.


En el blanco Santuario,
de rodillas me postré,
en el blanco Santuario,
y al contemplarla lloré,
tan grande era mi agravio,
que había perdido la fe.


Nunca quise escucharte,
cuando Madre me llamabas,
nunca quise escucharte,
pero amargada estaba,
y subí a contemplarte,
la pena se me quitaba.


La dueña de mis fervores,
tiene una talla chiquita,
la dueña de mis fervores,
también una blanca Ermita,
y un rosario de flores,
para su gracia infinita.


La Gloria está en el Conquero,
esperando tu visita,
la Gloria está en el Conquero,
la Cinta Virgen Chiquita,
Patrona de los choqueros,
las más guapa y rebonita.


Creyéndome afortunada,
nunca subía yo a verte,
creyéndome afortunada,
pero me cambió la suerte,
vi que estaba equivocada,
llorando fui a conocerte.


A pesar de tus llamadas,
ningún caso yo te hacía,
a pesar de tus llamadas,
fui a verte un buen día,
la Ermita estaba cerrada,
qué mala yo no sería.


Todos le llaman Chiquita,
a la Reina del Conquero,
todos le llaman Chiquita,
es la Madre de los cielos,
la escultura más bonita,
de nuestro pueblo choquero.


Al llegar la Navidad,
sus zapatos repartía,
al llegar la navidad,
y a pobres lo socorría,
en su más tierna edad,
para agradar a María.


Un dolor le derribó,
del burrito que montaba,
un dolor le derribó,
y un cinto se encontraba,
que en cuanto se lo ciñó,
el dolor se le pasaba.


Se lo dijo a su mujer,
lo que había ocurrido,
se lo dijo a su mujer,
y a Pedro pintor y amigo,
para que en una pared,
pintara lo acontecido.


Con el Niño en los brazos,
y en la mano una granada,
con el Niño en los brazos,
con dos figuras aladas,
y en sus manitas un lazo,
para que el Niño jugara.


Una cinta sobre el suelo,
un zapatero encontró,
una cinta sobre el suelo,
en sus manos la tomó,
y sus penas se le fueron,
también el fuerte dolor.


Llegaron los musulmanes,
y la Ermita derribaron,
llegaron los musulmanes,
y la pintura tapiaron,
para no sufrir desmanes,
pero los años pasaron.


Un vaquero que corría,
de la presencia de un toro,
un vaquero que corría,
se extasió por el asombro,
que el verla le producía,
en el mural que había al fondo.


Donde está el Humilladero,
el vaquero la encontró,
donde está el Humilladero,
la gente se amotinó,
con la Reina de los Cielos,
que en el muro apareció.


Y su nombre no sabían,
pero Cinta la llamaron,
y su nombre no sabían,
el por qué así la nombraron,
porque Ella así lo quería,
los años también pasaron.


La Virgen se aparecía,
al derribar la pared,
la Virgen se aparecía,
luego lo reproducía, 
el Santuario con fe,
tras el paso de los días.


El ángel se presentó,
para decirle a María,
el ángel se presentó,
que pronto se moriría,
porque el Sumo Hacedor,
a su vera la quería.


Asunción,
de la tierra a los cielos,
de María su Asunción,
y en el Humilladero,
un pastor se la encontró,
cuando las piedras cayeron.


A verla todos vinieron,
al llegar su dormición,
a verla todos vinieron,
me voy con el Padre Dios,
que me llama a los cielos,
con su Hijo mi Señor.


Yo te doy mi bendición,
y toda mi confianza,
yo te doy mi bendición,
discípulo de mi alma,
de Jesús predilección,
del mundo su esperanza.


Pedro tú eres el primero,
de la Iglesia indulgente,
Pedro tú eres el primero,
y eres la piedra fundente,
de la puerta de los cielos,
morada del sol naciente.


De pronto vino Jesús,
con una Cruz en la mano,
de pronto vino Jesús,
diciendo Madre te llamo,
se acabó tu esclavitud,
por este mundo pagano.


Levántate amiga mía,
y no vuelvas a llorar,
levántate amiga mía,
la Gloria te espera ya,
no sientas más que alegría,
que te voy a coronar.


A sentarte junto a mí,
en lo alto de los cielos,
a sentarte junto a mí,
y con el Dios verdadero,
seremos todos feliz,
¡ay! Madre cuánto te quiero.


Esa hermosa criatura,
decirme de dónde viene,
esa hermosa criatura,
por qué Jesús la sostiene,
agarrando su cintura,
con la corona en sus sienes.


Sólo puede ser su Madre,
la paloma inmaculada,
sólo puede ser su Madre,
la mujer afortunada,
porque dijo sí al Padre,
cuando por Él fue llamada.


De la Gloria sus campanas,
querubines están tocando,
de la Gloria sus campanas,
la Virgen ya está llegando,
para ser la Soberana,
su trono la está esperando.


En la gloria,
ya todo está preparado,
en el trono de la gloria,
el Padre espera sentado,
María entra jubilosa,
a sus pies se ha arrodillado.


Levantaos,
y sentaros junto a Mí,
poneros aquí a mi lao,
se terminó el sufrir,
la gloria la habéis ganao,
y la corona está aquí.


De la gloria su corona,
en la sienes le pusieron,
de la gloria su corona,
entre sus manos el cetro,
el Padre Dios se lo dona,
por ser Madre del Maestro.


En sus sienes realeza,
sobre sus hombros el manto,
en sus sienes realeza,
por eso este fandango,
se lo canto a su pureza,
y por quererla yo tanto.


Virgencita de la Cinta,
nada pido para mí,
Virgencita de la Cinta,
mi niño se va a morir,
si su mal no se lo quitas,
por favor dime que sí.


Con mi pecho dolorido,
llorando vengo yo a verte,
con mi pecho dolorido,
porque le acucia la muerte,
y la mano me ha cogido,
diciendo voy a perderte.


Dormidito lo he dejado,
y sus labios sonreían,
dormidito lo he dejado,
y en sueños me repetía,
no te vayas de mi lado,
¡ay! madre del alma mía.


Esta noche yo soñaba,
que mi hijo se había curado,
esta noche yo soñaba,
y que Tú lo sujetabas,
con el cinto a tu lado,
y con tu Niño jugaba.


A mi pequeño has curado,
Virgencita de la Cinta,
a mi pequeño has curado,
la sonrisa se le pinta,
en su rostro alborozado,
y el corazón le palpita.


Ella tuvo romería,
pero también le gustaba,
Ella tuvo romería,
que Huelva la acompañara,
al despuntar nuevo día,
y al Conquero la llevara.


Camino de la Merced,
cuando despunta la aurora,
camino de la Merced,
se marcha Nuestra Señora,
de la Cinta que lo es,
los hechos lo atesoran.
          
De San Pedro se marchó,
al hacer la Catedral,
de San Pedro se marchó,
y no cesa de llorar,
porque siendo la Mayor,
no la viene a visitar.


A pesar de ser muy grande,
la tallaron pequeñita,
a pesar de ser muy grande,
y la llaman de la Cinta,
por Patrona y nuestra Madre,
y por la Virgen Chiquita.


Se acabó su romería,
pero no la devoción,
se acabó su romería,
porque la Virgen bajó,
a las claritas del día,
a Huelva en procesión.


El Santuario le guarda,
a la Cinta su corona,
el Santuario le guarda,
Ella es nuestra Patrona,
nuestro Ángel de la Guarda,
que nunca nos abandona.


Conquero,
hermosa es la lozanía,
que se ve sobre el Conquero,
con la luz del nuevo día,
y la Reina de los cielos,
que de su Ermita salía.


Campanas de la Merced,
a gloria van repicando,
campanas de la Merced,
a Huelva van anunciando,
que a la Cinta se la ve,
por el Conquero bajando.


Por Huelva la marinera,
la Cinta va paseando,
por Huelva la marinera,
el Conquero está bajando,
como barquita velera,
que el viento la va impulsando.


Reflejado en la ría,
el Santuario navega,
reflejado en la ría,
y la luz de las estrellas,
rivaliza con el día,
pa ser canoa de Ella.


Una tarde a la novena,
angustiada yo llegué,
una tarde a la novena,
y a la Virgen contemplé,
se me quitaron las penas,
por lo bonita que es.


Cuando germina una flor,
el rocío la humedece,
cuando germina una flor,
sobre la brisa se mece,
y a la Cinta con amor,
el choquero se la ofrece.


Y Huelva ya se impacienta,
la novena ha terminado,
y Huelva ya se impacienta,
el nuevo día ha llegado,
con una flor se presenta,
y a la Cinta se la ha dado.


En el campo una amapola,
con mucha pena lloraba,
en el campo una amapola,
a otras se la llevaban,
dejándola a ella sola,
y a la Cinta no besaba.


El viento nos trae aromas,
de un jardín primoroso,
el viento nos trae aromas,
que se quedan en el rostro,
de nuestra bella Patrona,
y de su Niño hermoso.


Humilladero,
la luna se ha reflejado,
sobre el Humilladero,
la Cinta lo ha rebasado,
está subiendo al Conquero,
que se haya abarrotado.


El Santuario vacío,
ya espera a la Señora,
el Santuario vacío,
y en sus paredes ahora,
no se refleja el río,
ni la luz que atesora.


Cohete,
estallan en las alturas,
en la noche los cohetes,
para ver a la hermosura,
de la Virgen en su templete,
rompiendo la noche oscura.


Campanas,
tocan en el Santuario,
en la noche sus campanas,
ya viene su soberana,
ya no llora solitario,
y la noche es mañana.


Entrado,
ya la Virgen ha entrado,
y han cerrado la puerta,
el regreso ha terminado,
la Ermita queda desierta,
y el choquero emocionado.


A las alturas,
su cinto se le cayó,
cuando iba a las alturas,
y Juan que se lo encontró,
se lo ató a su cintura,
y la salud recobró.


El arcángel San Gabriel,
le dijo una mañana,
el arcángel San Gabriel,
hay una tierra cristiana,
muy parecida al Edén,
a la que llaman huelvana.


Sentimiento,
se rompen los corazones,
se alteran los sentimientos,
y fluyen las emociones,
la Cinta llevo muy dentro,
por tanta y tantas razones.


Fandango,
a la Patrona de Huelva,
le dedico mi fandango,
aunque la voz se me quiebra,
yo se lo digo cantando,
el alma se me subleva.


Deliraba,
de noche me desperté,
creyendo que deliraba,
alcé la vista y miré,
la Cinta me contemplaba,
de su foto en la pared.


Terminan,
se nos rompe el corazón,
los cantes ya se terminan,
es tanta la devoción,
de esta Peña Femenina,
que duele decir adiós.


A HUELVA, SUS CANTES, SU GENTE:
Fandango,
no hace falta ser mayor,
para cantar tu fandango,
tener flamenca la voz,
quejío y muchos reaños,
y hacerlo de corazón.


Que nunca más cantaría,
un día yo prometí,
que nunca más cantaría,
a Huelva en sueños la vi,
qué hermosura no tendría,
de nuevo cantar me oí.


Me dijeron una vez,
que era muy fácil cantar,
me dijeron una vez,
les tuve que contestar,
que si lo quieren saber,
vengan a Huelva y verán.


Cantaba,
dormía y me desperté,
creyendo Paco cantaba,
luego más tarde lloré,
porque lo que yo escuchaba,
era un disco de él.


En Huelva yo he nacido,
y por eso se lo canto,
en Huelva yo he nacido,
con alegría su fandango,
poniendo todo el sentido,
para el que quiera escucharlo.


Entre el Tinto y el Odiel,
con la luz del nuevo día,
entre el Tinto y el Odiel,
allí Dios te dejaría,
con la isla de Saltes,
orgullo de Andalucía.


En medio la serranía,
un fandango yo escuché,
en medio la serranía,
y tanto me emocioné,
que cuando clarea el día,
a ella vuelvo otra vez.


Canten conmigo señores,
este fandango de Huelva,
canten conmigo señores,
verán que no es leyenda,
lo cantan los ruiseñores,
para que todos lo aprendan.


Impregnado en la sal,
o en lo jondo de la mina,
impregnado en la sal,
sobre las olas marinas,
navegando por la mar,
mi fandango es cosa fina.


Susurros de los trigales,
en el llano van corriendo,
susurros de los trigales,
nuevo día amaneciendo,
y fluyen los manantiales,
un fandango está naciendo.


Sobre la mar marinera,
mi barca va navegando,
sobre la mar marinera,
en busca de ese fandango,
que sólo se canta en Huelva,
y el viento va propagando.


Cuando se oye un fandango,
seguro que no se sabe,
cuando se oye un fandango,
de donde su esencia sale,
yo se lo digo cantando,
del monte y sus jarales.


Semilla,
en Alosno germinó,
del fandango su semilla,
y Huelva la protegió,
por eso se maravilla,
quien este cante escuchó.


En esteros de la ría,
allí se impregnó de sal,
en esteros de la ría,
del llano su calidad,
y en la sierra valentía,
por eso es inmortal.


El llano puso el quejío,
el mar le dio su poder,
el llano puso el quejío,
la mina su padecer,
la sierra el desvarío,
y Huelva su amanecer.


Se perfumó de la flor,
y sentimientos del cielo,
se perfumó de la flor,
por eso levanta el vuelo,
cuando se escucha una voz,
por estilos alosneros.


Quien bautizó al fandango,
muy sabio tuvo que ser,
quien bautizó al fandango,
que nombre le iba a poner,
que reflejara con tanto,
su poderío y saber.


Qué me importa a mí saber,
donde el fandango nació,
qué me importa a mi saber,
si hasta nosotros llegó,
con el inmenso poder,
que la jondura le dio.


Dicen que es cante menor,
sin que lo pongan en duda,
dicen que es cante menor,
no se conoce la cuna,
pero sí existe el dolor,
como también la fortuna.


Se moría,
me dijeron una vez,
que mi madre se moría,
no me lo quise creer,
y pa la desgracia mía,
más tarde lo comprobé.


En las manos lo cogí,
riendo yo lo miraba,
en las manos lo cogí,
su madre en cama estaba,
lo acababa de parir,
y contento me encontraba.


Cantos de enamorados,
vuelan por la serranía,
cantos de enamorados,
y la dulce melodía,
de un ruiseñor anidado,
anunciando el nuevo día.


A la sombra de un almendro,
un día de primavera,
a la sombra de un almendro,
mirando a la sementera,
se adormece mi cuerpo,
con el olor de la almendra.


En medio de los jarales,
una copa de aguardiente,
en medio de los jarales,
con un fandango valiente,
y el agua de manantiales,
y venga después la muerte.


Mi jaca va galopando,
con su trote más ligero,
mi jaca va galopando,
poniendo todo su esmero,
a la grupa va montando,
la mujer que yo más quiero.


Tras las lejanas montañas,
tras las lejanas montañas,
allá por el horizonte,
se divisa a Calañas,
cuando el sol ya se esconde,
la más bonita de España.


Fandango,
de la ría a los cielos,
sobrevuela el fandango,
abandona sus esteros,
en busca de otro rango,
por caminos alosneros.


Tiene que ser buen poeta,
el que domine tu cante,
tiene que ser buen poeta,
persona de gran talante,
y de un alma bien sujeta,
destreza y mucho arte.


Un fandango de mi Huelva,
lejos de ella escuché,
un fandango de mi Huelva,
sin poderme contener,
yo dije viva mi tierra,
la del Tinto y el Odiel.


De ti,
un día yo me marché,
alejándome de ti,
oí un fandango cané,
y yo me quise morir,
por las ganas de volver.


Azul,
son colores de tu cielo,
tan bonitos como azul,
la blancura de tus pueblos,
asemejan canesú,
y en las retinas los llevo.


La Cinta se apareció,
al pie del Humilladero,
la Cinta se apareció,
y se quedó en el Conquero,
dándonos la bendición,
que nos trajo de los cielos.


Ya se marchan las carretas,
con ellas los peregrinos,
ya se marchan las carretas,
emprendiendo el camino,
el Rocío es la meta,
y el Pastorcito Divino.


Se fueron tres carabelas,
desde el Tinto y el Odiel,
se fueron tres carabelas,
nos llegaron a traer,
en el viaje de vuelta,
otro nuevo amanecer.


Velero,
tu bandera gallardea,
en el mástil de un velero,
pa que todo el mundo vea,
que tu nombre es el primero,
que en los mares se pasea.


Al toro piden trapío,
y a la historia catedral,
al toro piden trapío,
y Huelva es inmortal,
porque de ti tres navíos,
llegaron a otro lugar.


A la sombra de una encina,
mi caballo descansaba,
a la sombra de una encina,
y nervioso resoplaba,
porque tras de la colina,
su yegua lo esperaba.


El cochino en la majá,
retozaba y comía,
el cochino en la majá,
su instinto no le decía,
que lo iban a matar,
cuando amaneciera el día.


Dentro de la galería,
hay mineros atrapados,
dentro de la galería,
la tierra se ha derrumbado,
y se teme por sus vidas,
Dios mío que ha pasado.


En el suelo la perdiz,
con sus alas protegía,
en el suelo la perdiz,
cinco polluelos tenía,
y se acababa de oír,
un tiro en la serranía.


Sobre las aguas el trueno,
crujía la tempestad,
sobre las aguas el trueno,
un barco iba a zozobrar,
en cubierta un marinero,
no cesaba de rezar.


Aroma,
cuando las moja el rocío,
las flores sueltan su aroma,
y yo pierdo el sentío,
cuando a la calle se asoma,
tu rostro cariño mío.


Cuando contemplo tu pelo,
hermoso como la aurora,
cuando contemplo tu pelo,
el alma se me enamora,
y me lleva hasta el cielo,
la pasión que me devora.


Tus labios como la fresa,
dulces como caramelo,
tus labios como la fresa,
salao como los esteros,
cuando los míos los besan,
hasta la miel tiene celos.


Cuando acaricio su cuerpo,
mi corazón se estremece,
cuando acaricio su cuerpo,
el alma se me engrandece,
y me hace soñar despierto,
porque ella me pertenece.


Cuando sus ojos me miran,
no sé ni por donde voy,
cuando sus ojos me miran,
mi corazón se lo doy,
mientras mi alma suspira,
por lo feliz que yo soy.


En mitad la serranía,
me dijeron una vez,
en mitad la serranía,
si tu quieres aprender,
y cantar con alegría,
en Huelva has de nacer.


Manolillo el Acalmao,
y lo mismo el Comía,
Manolillo el Acalmao,
a Huelva engrandecían,
y pa la historia ha quedao,
sus cantes de fantasía.


Pepe Rebollo y Rengel,
cantaban con sentimiento,
Pepe Rebollo y Rengel,
ahora que están ya muertos,
me gustaría saber,
dónde se fue su talento.


Al cielo que es su morada,
Paco Isidro se marchó,
al cielo que es su morada,
y a Huelva se le quedó,
una barquilla varada,
y a la rivera un pastor.


Diamante,
que hermosa es la poesía,
pero más caro el diamante,
qué precio hoy le pondrían,
si subastaran el arte,
a Toronjo y su valía.


En Almonte una paloma,
el cielo sobrevolaba,
en Almonte una paloma,
y la marisma cruzaba,
por el camino que toma,
a Huelva creo buscaba.


Acercó,
a lo alto del Conquero,
la paloma se acercó,
con su pico besa el suelo,
y a la Virgen le entregó,
a la mata del romero.


El romero que ha traído,
a la Cinta se lo entrega,
el romero que ha traído,
y el Niño que lo observa,
en sus manos lo ha cogido,
y a los labios se lo lleva.


La Virgen pone en su pico,
a su cinta prodigiosa,
la Virgen pone en su pico,
la paloma presurosa,
le da un beso al Niño,
y se aleja jubilosa.


A su nido en la marisma,
la paloma ha llegado,
a su nido en la marisma,
y sobre él ha dejado,
a la prodigiosa cinta,
que del cielo se ha bajado.


Terminó,
el homenaje a la tierra,
señores ya terminó,
hemos cantado por Huelva,
con orgullo y corazón,
como lo hace esta Peña.


A PUNTA UMBRÍA
De los mares,
cantemos con alegría,
a la novia de los mares,
a su gracia y simpatía
y gentes tan especiales,
como tiene Punta Umbría.


Entre la mar y la ría
arenas y enebrales,
entre la mar y la ría,
con espacios naturales,
allí nació Punta Umbría,
pa ser del cielo umbrales.


Cuando despierta la aurora,
y amanece un nuevo día,
cuando despierta la aurora,
la mar se torna bravía,
de tanto que la enamora,
las playas de Punta Umbría.


Antes de quedar dormido,
a las olas escuchaba,
antes de quedar dormido,
y cuando me despertaba,
si el sol ya había salido,
en la arena me tumbaba.


Antes que hicieran el puente,
la canoa yo cogía,
antes que hicieran el puente,
para venir a Punta Umbría,
en medio de tanta gente,
que como siempre traía.


Para aprender a nadar,
yo vine a Punta Umbría,
para aprender a nadar,
pero luego me ocurría,
que no me pude marchar,
de tanto que la quería.


Cuando cambia la marea
y se adormece la ría,
cuando cambia la marea,
por nadie me cambiaría,
y pido a Dios que me muera,
en tierras de Punta Umbría.


Tan blancas son tus arenas,
que el mismo sol las envidia,
tan blancas son tus arenas,
la brisa las acaricia,
para que diga el de fuera,
que Punta es una delicia.


Que Punta tiene tres cosas,
que nos las tiene Madrid,
que Punta tiene tres cosas,
playas para presumir,
una luz esplendorosa
y coquinas pa morir.


Cuando chiquillo yo era
en la ría me bañaba,
cuando chiquillo yo era,
de tanto que me gustaba,
me sorprendía la marea,
que con fuerza me llevaba.


Que tus barquitos de vela,
llevan motores ahora,
que tus barquitos de vela,
pero son las mismas olas,
y la mar de traicionera,
donde tus hijos se ahogan.


Que a la Virgen del Carmen,
yo le canto mi fandango,
que a la Virgen del Carmen,
y si lo hago llorando,
es que me hierve la sangre,
de quererla tanto y tanto.


¡Viva la Virgen del Carmen!,
lo gritan en Punta Umbría,
¡viva la Virgen del Carmen!,
y también el alma mía,
cuando el pecho me arde,
al contemplarla en la ría.


Al otro lao de los mares,
se halla el Monte Carmelo,
al otro lao de los mares,
donde la Reina del Cielo,
como la Virgen del Carmen,
protege a los marineros.


Con la Salve marinera,
la Virgen va paseando,
con la Salve Marinera,
y las sirenas sonando,
de los barcos a su vera,
por la ría navegando.


Virgencita del Carmelo,
también se llama María,
Virgencita del Carmelo,
Patrona de Punta Umbría,
y del pobre marinero,
que del barco se caía.


En medio la mar bravía,
tan fuertes eran las olas,
en medio la mar bravía,
que de rodillas en la proa,
un marinero decía:
salvadme por Dios Señora.


Se desata el temporal,
en una mar traicionera,
se desata el temporal,
y Punta Umbría espera,
a que puedan regresar,
los que en el barco salieran.


Echar las redes a la mar,
puede resultar muy caro,
echar las redes a la mar,
no siempre coge pescado,
y hasta se puede ahogar,
el que se caiga del barco.


Un barco regresa a puerto,
con la bodega vacía,
un barco regresa a puerto,
hay llantos en Punta Umbría,
un marinero se ha muerto
y a su cuerpo no traía.


Cuando el barco naufraga
y pierde sus marineros,
cuando el barco naufraga,
Punta se viste de duelo,
y ni duerme ni descansa,
por si alguno no ha muerto.


San Sebastián es Patrón,
de esta Punta soberana,
San Sebastián es Patrón,
en una hermosa mañana,
celebra su procesión,
y sus calles engalana.


Yo le canto mi fandango,
porque es mi Santo Patrón,
yo le canto mi fandango,
y es para mi un honor,
que Punta me esté escuchando,
aunque se quiebre mi voz.


Las flechas lo traspasaron,
bajo un árbol fue abatido,
las flechas lo traspasaron,
como no había fallecido,
con palos lo golpearon,
hasta haberlo conseguido.


Yo lo hago con respeto,
cuando me pongo a cantar,
yo lo hago con respeto,
y les puedo explicar,
que para mi es un reto,
cantarle a San Sebastián.


Enebrales en las arenas
y barquitos por la ría,
enebrales en las arenas,
con el sol del mediodía,
que grande es la belleza,
qué guapa mi Punta Umbría.


Con lo mejor de mi cante,
te saludo Punta Umbría,
con lo mejor de mi cante,
por ser luz del nuevo día,
del mar su novia galante,
de la costa su alegría.


Navegando por la ría,
baja un fandango valiente,
navegando por la ría,
y en mitad de su corriente,
le dice a Punta Umbría,
gracias por tan buena gente.


Infla sus velas al viento,
con orgullo y gallardía,
infla sus velas al viento,
y el sol irradia la ría,
pa que vean el talento,
que tiene mi Punta Umbría.


Que si Huelva es un fandango,
Punta Umbría es la mar,
que si Huelva es un fandango,
por eso no hay temporal,
que pueda hundirle su barco
cuando sale a navegar.


De niño yo me tiraba,
de la canoa a la ría,
de niño yo me tiraba,
pero pa desgracia mía,
cuando los años pasaban,
hacerlo ya no podía.


¡Ay! que estampa tan bonita,
el ver llegar la canoa,
¡ay! que estampa tan bonita,
cuando levanta su proa,
y su cubierta la agita,
al impuso de las olas.


Dicen que se va a perder,
de Punta Umbría la canoa,
dicen que se va a perder,
pero mientras que haya olas,
nunca podrá suceder,
por el valor que atesora.


Cuando se apaga el día,
en lo alto la canoa,
cuando se apaga el día,
la luna muy presurosa,
se asoma a Punta Umbría,
para verla tan hermosa.


Que nunca conozca el día,
de no verla navegar,
que nunca conozca el día,
y no me pueda llevar,
por las aguas de la ría,
buscando la pleamar.


A la Virgen del Rocío,
siempre esta Peña cantó,
a la Virgen del Rocío,
lo mismo a Montemayor,
con arte y gran poderío,
por ser la Madre de Dios.


Y Peña con mucho arte,
bravíos sus marineros,
y Peña con mucho arte,
bajo el azul de los cielos,
Punta Umbría la más grande.
y por eso yo la quiero.


En la espuma de las olas,
con su talento navega,
en la espuma de las olas,
el fandango de esta Peña,
desde Huelva a Encinasola,
de la marisma a la sierra.


Tu fandango es bandera,
en el mástil de mi barca,
tu fandango es bandera,
cuando esta Peña lo canta,
a su gente marinera,
con el corazón y el alma.


La Santa Cruz me enamora,
y por eso yo le canto,
la Santa Cruz me enamora,
con ilusión mi fandango,
porque la fe me devora,
y por que la quiero tanto.


Sentimiento,
le canto con alegría,
orgullo y sentimiento,
a la hermosa Punta Umbría,
causándome gran tormento,
decirle hasta otro día.


A SAN SEBASTIÁN
Cantar,
con arte y corazón,
esta Peña va a cantar,
a su bendito Patrón,
de Huelva San Sebastián,
con gran cariño y amor.


Barrio de San Sebastián,
has cambiado con el tiempo,
barrio de San Sebastián,
pero vives en los vientos,
y el espacio sideral,
en Huelva y sus recuerdos.


Barrio de casta torera,
y paredes encaladas,
barrio de casta torera,
también fueron derribadas,
y el que contigo viviera,
las conserva en el alma.


De niño a las cunitas,
mi madre a mí me llevaba,
de niño a las cunitas,
una peseta me daba,
pero llegando a la Ermita,
un palmito me compraba.


Al Litri con su tertulia,
mi padre solía ir,
al Litri con su tertulia,
y cuando estaba allí,
a mí me entraba penuria,
porque no quería salir.


A un puesto de turrón,
le di con mí bicicleta,
a un puesto de turrón,
el dueño no tuvo en cuenta,
que sólo niño era yo,
y la torta fue tremenda.


Los turrones por el suelo,
yo los miraba llorando,
los turrones por el suelo,
tenía la nariz sangrando,
me dieron un caramelo,
y de allí me fui cantando.


El día de la procesión,
cuando al Santo yo veía,
el día de la procesión,
a mi padre le decía,
que me diera explicación,
de las flechas que traía.


Ojalá pudiera ver,
a la Cinta y el Patrón,
ojalá pudiera ver,
juntos en la procesión,
y mi palmito ofrecer,
porque yo quiero a los dos.


Hace tiempo el Patrón,
tenía una pequeña Ermita,
hace tiempo el Patrón,
blanqueada y chiquita,
y el hombre la derribó,
como si fuera termita.


En el cementerio estaba,
pegadita a la pared,
en el cementerio estaba,
pero llegó a suceder,
que allí les estorbaba,
son recuerdos del ayer.


Un palmito sin agüela,
me lo dieron a probar,
un palmito sin agüela,
al quererlo masticar,
no había quién lo comiera,
y lo tuve que tirar.


Plaza de la Soledad,
ya no tienes cacharrito,
Plaza de la Soledad,
aunque a veces el palmito,
te viene a visitar,
por San Sebastián bendito.


Voladora,
con un palmito en la mano,
me subía a las Voladoras,
al lado iba mi hermano,
diciendo a todas horas,
viva mi pueblo huelvano.


Huelva no lo ha olvidado,
aunque festivo no sea,
Huelva no lo ha olvidado,
y a su barrio hermosea,
con balcón engalanado,
para que el Patrón lo vea.


Respeto,
cuando me pongo a cantar,
yo lo hago con respeto,
y les puedo explicar,
que para mí es un reto,
cantarle a San Sebastián.


Palmito,
en los puestos se pregona,
a dos pesetas el palmito,
si más de uno me compra,
se lo dejo baratito,
compreselo a su señora.


Fandango,
porque es mi Santo Patrón,
yo le canto mi fandango,
y es para mí un honor,
que Huelva me esté escuchando,
aunque se quiebre mí voz.


Aunque de invierno sea el día,
cuando salga el Patrón,
aunque de invierno sea el día,
siempre lucirá el sol,
pa que brille la alegría,
bajo un intenso fervor.


A cantar este fandango,
mi padre a mí me enseñó,
a cantar a este fandango,
lo hizo con mucho amor,
cuando yo era un muchacho,
a nuestro Santo Patrón.


Cantando,
nos despedimos ahora,
como solemos cantando,
porque ha llegado la hora,
de que duerman los fandangos,
gracias señores y señoras.


Ya llega San Sebastián,
que de Huelva es su Patrón,
ya llega San Sebastián,
escuchen con atención,
que esta Peña va a cantar,
poniendo su corazón.


Mi padre a mí me llevaba,
cuando pequeño yo era,
mi padre a mí me llevaba,
mi madre iba a su vera,
y en brazos me levantaba,
y que al Patrón poder viera.


Aún recuerdo el turrón,
que en los puestos se vendía,
aún recuerdo el turrón,
y cuanto más lo pedía,
me daban un coscorrón,
porque dinero no había.


Recuerdos de mi niñez,
que nunca podré olvidar,
recuerdos de mi niñez,
qué pena me da escuchar,
que ya festivo no es,
lo tengo que criticar.


El palmito he recogido,
una mañana temprano,
el palmito he recogido,
porque ya está muy cercano,
que salga el Patrón mío,
así la vida me gano.


A solas una palmera,
en el campo se quedaba,
a solas una palmera,
y tristemente lloraba,
quería irse a su vera,
y en el campo la dejaban.


Ay barrio San Sebastián,
el tiempo te ha destruido,
ay barrio San Sebastián,
pero no te has perdido,
porque en la historia estás,
y en quien te ha conocido.


La luna está llorando,
y el sol no quiere salir,
la luna está llorando,
su luz la quieren fundir,
pa que no vaya pasando,
el sentimiento por ti.


Las flechas no lo mataron,
aunque con saña lo hicieron,
las flechas no lo mataron,
tan solo lo malhirieron,
y en el suelo lo dejaron,
porque por muerto le dieron.


Una mujer lo escondió,
porque notó que vivía,
una mujer lo escondió,
y como lo cuidaría,
que Sebastián se curó,
y la vida salvaría.


Tiranos,
se presentó a los tiranos,
con un tremendo valor,
le dijo que a sus hermanos,
les concedieran perdón,
que sólo eran cristianos.


Sin importarle el castigo,
impulsado por su fe,
sin importarle el castigo,
a ellos volvió otra vez,
y nuevamente les dijo,
yo soy cristiano también.


Se presentó a una matrona,
que Lucina se llamaba,
se presentó a una matrona,
le dijo que se encontraba,
en una cloaca honda,
donde su cuerpo tiraban.


Con sigilo lo cogieron,
cuando la noche era oscura,
con sigilo lo cogieron,
para darle sepultura,
una tumba construyeron,
en medio tanta locura.


¡Ay!, cuánto me desespero,
porque nos vuelve a pasar,
¡ay!, cuánto me desespero,
no sale San Sebastián,
siendo ya veinte de enero,
cuándo lo irán a cambiar.


Por qué no eres festivo,
siendo el día del patrón,
por qué no eres festivo,
Huelva entera es un clamor,
que me digan el motivo,
para tanta sinrazón.


Con la importancia que tiene,
muchos la desconocían,
con la importancia que tiene,
por eso la escribirían,
para el que de fuera viene,
cogiera sabiduría.


La Cinta es la Patrona,
y el Patrón San Sebastián,
la Cinta es la Patrona,
y Huelva el manantial,
donde fluye la corona,
y la gracia que nos dan.


Pocos podrán superar,
tan grande como tú has sido,
pocos podrán superar,
y aunque te has desvanecido,
nadie te podrá olvidar,
ni el rango que has tenido.


Al sol lo han ocultado,
y la luna no ha salido,
al sol lo han ocultados,
tus calles han derribado,
pero el nuevo construido,
llora por su pasado.


Que le dieran un palmito,
al Niño se le antojó,
que le dieran un palmito,
la Cinta se lo pidió,
a San Sebastián bendito,
que en sus manos los dejó.


Que el día no fuera festivo,
a la Cinta daba igual,
que el día no fuera festivo,
vería a San Sebastián,
con los palmitos cogidos,
al Santuario llevar.


A CARTAYA
Cartaya,
hemos venido de Huelva,
para cantarle a Cartaya,
por ser tan linda y bella,
hermosa donde la halla,
con fandangos de la tierra.


Que la flecha del Rompido,
es el orgullo de España,
que la flecha del Rompido,
con sus arenas tan blancas
y el Piedra hermoso río,
de lo mejor de Cartaya.


Y no hablo del Portil,
¡ay! qué playa tan hermosa,
y no hablo del Portil,
tan blanca y esplendorosa,
donde yo quiero vivir,
hasta que vaya a la fosa.


Cartaya tiene su historia
y por eso es diferente,
Cartaya tiene su historia,
y el que conoce su ambiente,
piensa que está en la gloria,
por el orgullo que siente.


El que ha nacido en Cartaya
y se siente cartayero,
el que ha nacido en Cartaya,
se piensa que el mismo cielo,
en esta tierra se halla,
la mejor del mundo entero.


Dicen que hay una barca,
que no tiene embarcadero,
dicen que hay una barca,
pero hay que ser muy sincero
y la que tiene Cartaya,
es un trocito de cielo.


Para venir a Cartaya,
para venir a Cartaya,
hay que ser muy buena gente,
no pasarse de la raya,
respetando el continente,
si no es mejor que no vaya.


Dicen que un aeropuerto,
dicen que un aeropuerto,
Huelva quiere construir,
Cartaya dijo que sí,
que lo pongan en su término,
que dónde mejor que aquí.


Yo no digo que mi barca,
yo no digo que mi barca,
sea la mejor del puerto,
sólo digo que en Cartaya,
es donde mejor me encuentro,
y ya no quiero más nada.


Por la antigua carretera,
por la antigua carretera,
esa de Huelva a Ayamonte,
Cartaya quedaba y queda,
pintada en el horizonte,
de su barca más velera.


Dicen que el Coto Doñana,
dicen que el Coto Doñana,
tiene muy blancas arenas,
pero si viene a Cartaya,
y al Rompido con su Flecha,
verá que nadie le gana.


En Cartaya he nacido,
como en Huelva su fandango,
en Cartaya he nacido,
y puedo decir muy alto,
que nunca he conocido,
un pueblo con más encanto.


El viento dice esta copla,
en cuanto llega a Cartaya,
el viento dice esta copla,
que la hermosura que halla,
no la tiene ni la rosa,
o la fruta más granada.


Por el Portil y el Rompido,
que pasa el río Piedras,
por el Portil y el Rompido,
formando esa gran Flecha,
que me quita los sentidos,
cuando la miro de cerca.


Dicen que no es marinero,
¡ay!, mi pueblo de Cartaya,
dicen que no es marinero,
y no saben lo que hablan,
que vean los barcos veleros,
navegando por sus playas.


De lejos contemplo el rayo,
cuando vengo por la mar,
de lejos contemplo el rayo,
y digo qué cerca está,
el Rompido con su faro,
que nos entrega su haz.


Que nadie me diga a mí,
que nadie me diga a mí,
que no es bonita Cartaya,
si el sol se viene a morir,
por esas bonitas playas,
del Rompido y el Portil.


Por muchos años que viva,
por muchos años que viva,
siempre estaré orgulloso,
de que Cartaya exista,
como que sea tan hermoso,
y hasta me diera la vida.


Pasando antes por Cartaya,
pasando antes por Cartaya,
se iba hasta Punta Umbría,
y a ella no le importaba,
pues siempre correspondía,
acogiendo al que llegaba.


Son bonitos y diferentes,
son bonitos y diferentes,
los fandangos de la tierra,
y yo le digo a la gente,
navega el río Piedras,
qué cosa más sorprendente.


¡Ay!, el peligro que tiene
¡ay!, el peligro que tiene,
el mundo de la ignorancia,
si a Cartaya no vienes,
como puedes criticarlas,
si es tierra de parabienes.


El castillo y el convento,
los tuvo y tiene Cartaya,
el castillo y el convento,
ellos su historia le guardan,
con eficacia y acierto,
pa quien venga a visitarla.


En estos tiempos que corren,
para no ser cenicienta,
en estos tiempos que corren,
hay que tener muy en cuenta,
del campo también se come
y Cartaya es una experta.


Tuvieron que pasar siglos,
pa que Cartaya creciera,
tuvieron que pasar siglos,
el castillo construyeran,
y que cogiera el sitio,
que en la historia mereciera.


No quiero que nadie diga,
el mundo no es consecuente,
no quiero que nadie diga,
escuchen atentamente,
si quieren otra medida,
en Cartaya hay buena gente.


Cuando aparece la luna,
lo hace a toda gala,
cuando aparece la luna,
y se pasea por Cartaya,
porque con tan linda cuna,
de ella está enamorada.


Cartayero,
y haber nacido de ti,
quisiera ser cartayero,
pero me siento feliz,
y le doy gracias al cielo,
porque en ti puedo vivir.


Que la historia de Cartaya,
los fenicios la iniciaron,
que la historia de Cartaya,
luego fueron los romanos,
los que en cuanto la hallan,
en sus tierras se quedaron.


Y Carteia fue tu nombre,
Los fenicios lo pusieron,
y Carteia fue tu nombre,
y por eso el cartayero,
con sentimiento responde,
cuando lo nombran primero.


En invierno o en verano
y también en primavera,
en invierno o en verano,
es tan bonita Carteia,
que fenicios y romanos,
se vinieron hasta ella.


Fandango,
hoy le canto a Cartaya,
por Alosno mi fandango,
y le pongo toda el alma,
su poderío y rango,
y la voz de las entrañas.


Es la Virgen del Rosario,
dueña de mi corazón
es la Virgen del Rosario,
por llenarlo de su amor,
cuando sale to los años,
por Cartaya en procesión.


Viva la Virgen del Carmen,
lo gritan en el Rompido,
viva la Virgen del Carmen,
durante el recorrido,
que la Virgen siempre hace,
rodeada de sus hijos.


Con San Isidro voy yo,
al llegar su romería,
con San Isidro voy yo,
y tanta es mi alegría,
que casi pierdo la voz,
de tanto gritarle viva.


En la Iglesia de San Pedro,
arriba en su campanario,
en la Iglesia de San Pedro,
campana están repicando,
porque sale de su templo,
Nuestra Virgen del Rosario.


Cuánto me gustan los Reyes,
al llegar el mes de Enero,
cuánto me gustan los Reyes,
y a los niños cartayeros,
que le traigan los juguetes,
golosinas y caramelos.


En Cartaya las mujeres,
dicen que son muy hermosas,
en Cartaya las mujeres,
y yo digo que preciosas,
y esa belleza que tienen,
ya la quisieran las rosas.


Como se quiere a una madre,
nada se puede querer,
como se quiere a una madre,
pero a veces y por qué,
la maltrata ese cobarde,
que nació de una mujer.


La hermosura de la flor,
con nada es comparable,
la hermosura de la flor,
como no sea al amor,
de la mujer que ya es madre,
y que al mundo te parió.


Cogieron pa fabricarla,
alabastro y amapolas,
cogieron pa fabricarla,
espuma blanca de olas,
y tú mujer de Cartaya,
eres guapa y gran señora.


Mi fandango es un piropo,
dedicado a la mujer,
mi fandango es un piropo,
es caricia de oropel,
es finura de tesoros,
que me hace enloquecer.


Yo no digo que de España,
la más bonita lo sea,
yo no digo que de España,
tan sólo digo que vean,
si existe otra Cartaya,
en la Unión Europea.


Cuando me voy de Cartaya,
lo hago con mucha pena,
cuando me voy de Cartaya,
y hasta que no estoy de vuelta,
no tranquilizo mi alma,
que Dios me lo tenga en cuenta.


Ya no pasa el ferrobús,
por el pueblo de Cartaya,
ya no pasa el ferrobús,
pero que no ocurre nada,
ahora pasa el autobús,
lo demás es cosa pasada.


No quiero que tú te vayas,
a la madre dice el hijo,
no quiero que tú te vayas,
me quedo sin tu cariño,
y sola queda Cartaya,
y sin consuelo tu niño.


Los cantaores de fama,
al fandango hacen bueno,
los cantaores de fama,
por eso es un acierto,
que se canten en Cartaya,
tierra de buenos adentros.


Cartaya,
ahora decimos adiós,
con sentimiento a Cartaya,
y pena en el corazón,
más la tristeza del alma,
hasta que surja ocasión.


VIRGEN DE LA CINTA
Camino del Santuario,
viene la Virgen Chiquita,
camino del Santuario,
y viéndola tan bonita,
yo prometo que a diario
le rezaré en su Ermita.


Huelva es una caracola,
por su belleza exquisita,
Huelva es una caracola,
tiene a la Virgen Chiquita
y la espuma de las olas,
para gritarle bonita.


Por esos mares velera,
mi barca la más bonita,
por esos mares velera,
porque sobre su quilla
va la Patrona de Huelva
y mi Virgen de la Cinta.


Yo llevo en el corazón,
a la Virgen de la Cinta,
yo llevo en el corazón,
y ante la Virgen Chiquita,
cantando le digo yo:
quién como Tú tan bonita.


De vuelta de la Merced,
viene al Humilladero,
de vuelta de la Merced,
Patrona de los choqueros,
y qué Chiquita se ve,
siendo la Reina del Cielo.


En lo alto de la Ermita,
ya repican las campanas,
en lo alto de la Ermita,
y la noche se engalana,
para la Virgen Chiquita,
por ser Reina y Soberana.


En la tierra del fandango,
la Cinta se apareció,
en la tierra del fandango,
y Huelva la coronó,
con lo mejor de su rango,
el alma y el corazón.


Estrellas del firmamento,
por Huelva están cantando,
estrellas del firmamento,
como yo este fandango,
que brota de mis adentros,
por la que viene en el paso.


Con plata más oro fino,
viene la Virgen Chiquita,
con plata más oro fino,
y con la Madre bendita,
viene su Hijo divino,
que va portando su Cinta.


Tan sólo tiene zapatos,
tu Niño Virgen Chiquita,
tan sólo tiene zapatos,
si quieres pa su ropita,
te entrego este fandango,
pa que con él Tú lo vistas.


Yo me postro de rodillas,
ante la Reina del Cielo,
yo me postro de rodillas,
hoy en el Humilladero,
que la Virgen de la Cinta,
va de regreso a su templo.


De plata son campanillas,
las que en la noche resuenan,
de plata son campanillas,
que la Patrona de Huelva,
y mi Virgen de la Cinta,
hasta su casa regresa.